La red social X, propiedad de Elon Musk, sufrió una interrupción mundial en la mañana del 14 de agosto, dejando a millones de usuarios sin acceso a la aplicación y a su versión web.
Según datos recopilados por Downdetector, una herramienta que monitorea el estado de funcionamiento de servicios digitales en tiempo real, el 73% de los reportes correspondió a fallas en la app, un 15% a problemas en el sitio web y el 12% a inconvenientes de conexión con el servidor.
Los reportes comenzaron a crecer abruptamente, alcanzando 132 informes en pocos minutos. El mapa de fallos reveló que en América Latina fueron afectados Argentina, Colombia, Uruguay, Chile y Paraguay.
Qué es Downdetector y cómo funciona
Downdetector permite a los usuarios verificar si los problemas de acceso son globales o específicos de su red. Recibe datos a través de su portal, apps móviles y redes sociales, y los compara con registros históricos para detectar anomalías. Cuando hay un aumento inusual de reportes, emite una alerta de posible caída.
Con presencia en más de 40 países y seguimiento de miles de servicios —incluyendo redes sociales, bancos, videojuegos y plataformas de streaming— se ha convertido en una referencia para comprobar fallos en servicios como Facebook, WhatsApp, X o Netflix.
Musk y su plan para monetizar la IA
La caída de X llega en un momento de fuertes cambios internos. Elon Musk anunció un nuevo sistema de monetización para la inteligencia artificial de la plataforma, Grok, que integrará anuncios publicitarios directamente en las respuestas del chatbot.
El empresario explicó que las marcas podrán pagar para que sus productos o servicios aparezcan como sugerencias en las conversaciones con la IA, asegurando que esta estrategia ayudará a financiar la costosa infraestructura tecnológica, especialmente los procesadores gráficos que requieren alto rendimiento.
Si bien Musk no precisó cómo se cobrará ni cómo se segmentará la publicidad, sostuvo que es el escenario “ideal” para ofrecer soluciones comerciales personalizadas. Sin embargo, el anuncio reavivó el debate sobre cómo equilibrar el negocio publicitario con la experiencia de usuario, en un contexto donde la confianza de los anunciantes ya se ha visto tensionada por polémicas sobre moderación de contenidos y resultados de campañas.